sábado, octubre 27, 2007

Bianchi + Boca= una fórmula exitosa

Boca Juniors Campeón Apertura 2000, Libertadores e Intercontinental.


El año 2000 es un año épico para los hinchas del Club Atlético Boca Juniors. Es que dicho año, el equipo dirigido por Carlos Bianchi obtuvo casi todo lo que jugó: Copa Libertadores, Copa Intercontinental y Torneo Apertura y además, como broche de oro la eliminación a River en 4tos de Final de la Libertadores de América.

Momentos que merecen ser escritos en un libro: el gol agónico de Samuel al América (MEX), el gol de Palermo "en muletas" a River, el caño de Riquelme a Mario Yepes, el gol de Arce a Estudiantes que posibilitó el campeonato local, "si ponen a Palermo, yo pongo a Francescoli", los goles de Palermo al Real Madrid, el fútbol de Riquelme...

Este blog se caracterizó por hablar de los equipos campeones de los torneos locales de nuestro fútbol, esta vez me permitiré hacer la excepción y hablar de manera general de este equipo (acercándome al estilo que utilizaba el Negro Fontanarrosa en No Te Vayas Campeón, libro que, claro está, inspiró la creación de esta bitácora).

El año 2000 daría inicio a una época sumamente exitosa para Boca Juniors con y sin Carlos Bianchi en el banco.
Estrictamente hablando del equipo de ese año, es inevitable hablar del arquero que brindó seguridad en el team de La Ribera: el colombiano Óscar Córdoba. El cafetero se caracterizaba por ser bueno en el achique, por el carisma y además por la fortuna o habilidad (como ud. prefiera, querido lector) en los penales. Las actuaciones de Córdoba en la Copa Libertadores (no porque Boca la haya ganado de pedo, sino que hablo, más que nada, de las definiciones por penales) aumentaron las chances de que Boca consiguiera el título internacional que anhelaba desde hacía más de ¡20 años!
Ya que estamos hablando de Córdoba, es pertinente hablar de los otros dos colombianos que completaban el pack tropical de ese equipo: el Patrón Bermúdez y el Chicho Serna. Bermúdez, central, con cara de malo, de aspecto recio, achuraba a quien se le ponga delante sin importarle quien era el zamarreado (como decía Fontanarrosa al hablar de Gallego), sus declaraciones y un gol a River, llevaron al defensor a ser amado por la hinchada boquense. Serna, de voz chistosa, podía caer simpático, pero por su juego, la verdad que no: se plantaba cual rugbier en scroum y levantaba la pata y hacía caer a quien pase cerca. Un verdadero 5 áspero, de mucha personlidad, pero de mucho juego sucio, algo que él supo reconocer luego de su retiro.


Un jugador fundamental en la defensa y que se desempeñaba en el callejón izquierdo era Rodolfo Arruabarrena. El Vasco, que actualmente sigue en Europa, tenía mucha personalidad, iba y venía por la izquierda y además hizo goles claves que aumentaron su importancia en el equipo (nada que ver con el "ídolo mediático" de hoy, que es el tucumano Krupoviesa, el Vasco es Ronald Koeman al lado de este muchacho).
El departamento creativo del equipo estaba a cargo de Juan Román Riquelme, el gerente (?) del juego, el dueño de las pelotas paradas, no había ataque de Boca en el que la pelota no pase bajo la suela del 10 nacido futbolísticamente en Argentinos Juniors. El Topo Gigio fue clave en ese equipo, fue el de las asistencias a Palermo en la final de la Intercontinental, el de los goles a River, el del caño a Yepes que ya está guardado en la retina del hincha boquense.
Y adelante aguardaba el Titán: Martín Palermo. El ex-Estudiantes dificilmente olvide el año 2000. El hace poco dijo que vive "cosas de película" o algo similar, Palermo en ese año vivió momentos de ciencia ficción, se podría decir. ¿Qué hincha de River esperaba que Palermo le clave un gol en el partido de vuelta por la Libertadores luego de los dichos de Gallego? Ni el más pesimista esperaba eso. En el partido con el Real Madrid, se esperaba una derrota boquense, finalmente triunfaron los xeneizes y con dos goles del Optimista del Gol.
El compañero de Palermo en el ataque era Marcelo Alejandro Delgado, mundialmente conocido como "el Chelo" y por (si estamos escuchandolo en un reportaje radial) su voz de pito. El Chelo aportó con sus centros al 9 o con su gol a River por la Copa, sus "tres dedos", por esa época todo era de rosas para él. Luego, llegarían los tiempos de villano: el post-1-0 con el Bayern.

Formación: Córdoba, Ibarra, Bérmudez, Samuel (luego Traverso), Arruabarrena (luego Matellán); Basualdo, Serna, Battaglia, Riquelme; Delgado, Palermo.
Otros: Pereda, Barros Schelotto, Faggiani, Marchant, Arce, Barijho.
D.T.: Carlos Bianchi.

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